Decenas de miles de personas se manifestaron en Barcelona por una Cataluña independiente. Desde las elecciones legislativas españolas se ha prestado especial atención a los partidos separatistas. Podrían inclinar la balanza.
Decenas de miles de personas en Cataluña exigieron la independencia de la región nororiental de España con motivo de la fiesta nacional “Diada”. Tras una marcha, los manifestantes se concentraron en la plaza de Espanya, en el centro de Barcelona, según informó un periodista de la agencia de noticias dpa. Allí corearon consignas como “Independencia, Libertad”.
Los datos sobre el número de participantes varían considerablemente: mientras que los organizadores, el movimiento civil ANC, hablaban de unos 800.000 participantes esa noche, la policía calculaba que al comienzo de la tarde había unos 115.000 manifestantes. La “Diada” conmemora la pérdida del autogobierno en 1714.
Los catalanes esperan tener más influencia
El jefe del gobierno regional catalán, Pere Aragonès, declaró poco antes de la manifestación que no se debía desaprovechar la oportunidad que ofrece la repentina importancia de los partidos catalanes en la formación de un nuevo gobierno español.
Este año, la protesta fue seguida con especial atención en toda España, ya que los partidos separatistas de Cataluña desempeñan un papel importante como posibles «hacedores de reyes» en la política española.
¿Decidirán los separatistas quién gobierna España?
Los dos partidos separatistas catalanes en el parlamento de Madrid decidirán en las próximas semanas si el jefe de gobierno interino, Pedro Sánchez, puede continuar gobernando o si serán necesarias nuevas elecciones. Porque sin los votos de los catalanes los socialistas de Sánchez (PSOE) no tendrían mayoría.
Pero primero, el líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo, del conservador Partido Popular (PP), que recibió la mayor cantidad de votos en las elecciones del 23 de julio, tiene hasta el 27 de septiembre para forjar una alianza de gobierno. Pero no le damos muchas posibilidades. Sánchez podría entonces negociar con el partido nacionalista de izquierda ERC de Aragonès y, sobre todo, con el partido Junts del líder separatista belga Carles Puigdemont. Junts, menos dispuesto a llegar a acuerdos, ha pedido hasta ahora, entre otras cosas, un referéndum sobre la independencia, algo que se considera inaceptable en España.
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