ZPor primera vez, los populistas de derecha españoles del partido Vox aportarán tres ministros y el presidente del parlamento. Aunque este es solo el gobierno regional de Castilla y León, representa un punto de inflexión político para España, ya que el conservador Partido Popular (PP) se ha negado hasta ahora estrictamente a entrar en una coalición con Vox. En consecuencia, las reacciones del lado conservador fueron claras.
“Espero que esto sea solo un accidente y no una moda en la política española”, dijo el líder del Partido Popular Europeo (PPE). la defensa de donald. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, habló de un «pacto de la vergüenza» que devolvió al poder a la extrema derecha por primera vez desde el final de la dictadura franquista.
La prensa española siguió refiriéndose a la prensa alemana el viernes UDC descrito como un modelo, que recientemente hizo todo lo posible en Turingia para evitar una alianza similar con AfD.
Los partidos de izquierda en España culparon al líder designado del PP, Alberto Núñez Feijóo, por el cambio de rumbo. Pero el presidente autonómico gallego considera que la coalición es «completamente legítima»: evitó que se repitieran las elecciones autonómicas de febrero, en las que el PP no obtuvo la mayoría absoluta.
¿Compromisos a cambio?
Muchos esperaban que Feijóo, que se había hecho un nombre como pragmático moderado, colocara al partido más en el centro político y siguiera un camino menos conflictivo que su antecesor Pablo Casado. Hoy, los comentaristas lo acusan de convertirse en el calibrador político de los populistas de derecha y de ayudar a hacerlos socialmente aceptables en la política nacional. El día que se anunció la alianza con Vox, Feijóo había presentado más de 55.000 firmas de simpatizantes.
Es el único candidato al puesto de líder del PP después de que el partido presionara a Pablo Casado para que dimitiera. A principios de abril, un congreso especial del partido elegirá a Feijóo. Pablo Casado había descartado una cooperación más estrecha con el partido Vox, que se ha convertido en el tercero de Castilla y León con 13 escaños. Con 51 diputados, Vox ya es el tercer partido más fuerte en el parlamento español y sube constantemente en las encuestas.
En Castilla y León, el partido no quería devolver al PP al poder, como ocurrió en Madrid, Andalucía y Murcia, sino participar en el gobierno. El presidente de Vox, Santiago Abascal, quien dirigió las negociaciones de la coalición, marcó este rumbo. Vox ha estado apuntando durante mucho tiempo a las elecciones generales españolas del próximo año. Solo con populistas de derecha el PP puede aspirar a una mayoría para un gobierno de derecha, al que Vox quiere pertenecer.
Hasta ahora, Vox era un partido de protesta que se beneficiaba del descontento de la población rural de Castilla y León, que se sentía olvidada por el PP y los socialistas. El catalizador político del ascenso fue el conflicto en Cataluña, no la migración como en otras partes de Europa. Ahora, los populistas de derecha quieren demostrar que también pueden asumir la responsabilidad del gobierno. A cambio, estaban dispuestos a hacer compromisos iniciales en Valladolid a cambio de entrar en el gobierno.
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