Pere Aragonès, presidente regional de Cataluña, está planeando un nuevo referéndum de independencia en el año súper electoral de España de 2023. Tampoco descarta protestas masivas. No teme a las consecuencias económicas de una crisis con el Madrid.
Die Presse: En su discurso de Navidad, anunció que en 2024 Cataluña tendría que volver a votar por su independencia. El Madrid ya ha dado una negativa. ¿Cuáles son tus planes para este año?
Padre Aragonès: Hace dos años, comenzamos nuestras negociaciones con el gobierno español. Al principio nos enfocamos en medidas contra la represión española, luchando entre otras cosas por la liberación de los presos políticos (políticos catalanes y líderes de la sociedad civil que fueron encarcelados después del voto de independencia en 2017, nota del editor), para cambiar las leyes represivas. En ese momento, todos nos dijeron que la negociación sería difícil. Pero de todos modos logramos nuestros objetivos: se indultó a los presos políticos, se está reformando la ley penal. Comienza ahora la segunda fase: este es el corazón del conflicto entre España y Cataluña, de nuestra reivindicación de autodeterminación. Como solución a este conflicto, proponemos el referéndum de independencia. Ahora estamos a la espera de la propuesta española. Hasta ahora solo sabemos lo que no quieren.
Suena como un escenario como en 2017, cuando el gobierno regional catalán votó desde Madrid a pesar de la prohibición y siguió el caos y las detenciones. ¿Se volverá a producir la votación si España se apega a su no?
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