Cómo el perdedor de las elecciones españolas podría convertirse en jefe de gobierno

“Estoy seguro de que comprende y comparte el principio de la democracia parlamentaria”, escribió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en una carta a su oponente, el conservador Alberto Núñez Feijóo. Anteriormente había reclamado el puesto de Primer Ministro; al fin y al cabo, había ganado las elecciones parlamentarias.

El lunes, Sánchez continuó: En un vídeo, el socialdemócrata dejó claro que quería seguir siendo primer ministro a pesar de la derrota electoral e indicó que una mayoría en el Parlamento lo apoyaría. De hecho, su plan podría funcionar.

Tras las elecciones legislativas del 23 de julio, los conservadores españoles constituyen la fuerza más fuerte, pero ni el bloque de izquierda ni el de derecha tienen la mayoría absoluta. Los dos principales candidatos, Sánchez y Feijóo, se ven a sí mismos como futuros primeros ministros y quieren ser elegidos al Parlamento después de las vacaciones de verano.

Gracias a Vox: Sánchez no tiene por qué temer a los vascos

En la segunda vuelta tampoco hay mayoría absoluta. Entonces, un candidato sólo necesita más votos a favor que su oponente.

Las cosas parecen sombrías para el ganador de las elecciones, Feijóo: sólo el partido populista de derecha Vox lo apoya abiertamente. Dos pequeños partidos regionales aún podrían votar por él. Pero el PNV vasco, que también necesita a Feijóo, ni siquiera quiso reunirse con él -por su colaboración con la derecha-.

Juan F. Álvarez Moreno Nació en 1990 en la ciudad andaluza de Granada. El periodista independiente germano-español cubre España para Tagesspiegel desde 2022.

A Feijóo le faltan, por tanto, tres votos. «Todos los partidos afectados, a excepción del conservador PP, han construido un cortafuegos contra la derecha, como en Alemania», dijo a Tagesspiegel la politóloga Cristina Monge. Por eso el líder del PP, Feijóo, no tiene posibilidades de convertirse en jefe de Gobierno.

Pero el camino de Sánchez hacia el poder tampoco es fácil: para mantener su gobierno minoritario formado por socialdemócratas e izquierdistas -que operan bajo el nombre del movimiento colectivo «Sumar»- necesita el apoyo de al menos cinco pequeños partidos nacionalistas o separatistas.

Una cosa es cierta para todos, opina el politólogo Monge: “La alternativa del PP y Vox sería peor para ellos y sus votantes. » Con esto cuentan los socialdemócratas de Sánchez. La vicepresidenta del partido, María Jesús Montero, ya ha confirmado conversaciones discretas con partidos más pequeños.

Todos los partidos afectados, con excepción del conservador PP, han construido un cortafuegos contra la derecha, como en Alemania.

Cristina Mongecientífico político

Los socialdemócratas también necesitan los votos de las Juntas Catalanas de Carles Puigdemont. El ex presidente del Gobierno de Cataluña se encuentra en el extranjero porque la justicia española lo persigue por un referéndum ilegal sobre la independencia.

Sin embargo, una abstención de los diputados de Junts podría ser suficiente si Sánchez consigue convencer a un diputado canario de tendencia conservadora.

Ahora está abierto allí. Por su decisivo sí, podría exigir beneficios para sus votantes.

Sin embargo, no es seguro que Sánchez consiga convencer a Junts de que al menos se abstenga: el partido exige un referéndum sobre la independencia de Cataluña y la impunidad de su líder Puigdemont. “Al inicio de cada negociación, las partes formulan exigencias máximas”, explica el politólogo Monge, pero en perspectiva.

La constitución no prevé dos candidatos.

En lugar de un referéndum sobre la independencia, también es posible un acuerdo entre el gobierno central y los partidos catalanes, afirmó Monge. Por ejemplo, destacados socialdemócratas han propuesto reducir la deuda de Cataluña en mil millones de dólares.

Si Sánchez tiene más seguidores en el Parlamento que Feijóo, quedará claro el 17 de agosto: en la primera sesión se elegirá un presidente del Parlamento. “Las partes deben llegar a un acuerdo y hacer pactos iniciales”, afirmó Monge. Sólo entonces se discutirá la elección del Primer Ministro.

El rey Felipe juega un papel clave en esto: el monarca debe consultar a todos los líderes de los partidos y decidir si se debe permitir que Feijóo o Sánchez se dirija primero al Parlamento. “Según la Constitución, el rey debe nombrar a la persona que tenga más apoyos en el Parlamento para formar gobierno”, explica Monge.

El escenario con dos candidatos que afirman poder ser elegidos no está previsto. «Los abogados no están de acuerdo sobre el tema». Si ningún candidato obtiene la mayoría gubernamental, según el politólogo Monge, a finales de año podrían celebrarse nuevas elecciones. Hasta entonces, Sánchez seguiría siendo primer ministro.

Elodia Badia

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