Al final de una agotadora noche electoral en España, el PP conservador emerge como la fuerza más fuerte, pero incluso con el populista de derecha Vox, eso no es suficiente para asegurar una mayoría absoluta. Hoy, el país corre el riesgo de encontrarse en un callejón sin salida.
Las cosas cambiaron la noche de las elecciones en España: las encuestas inicialmente daban al conservador Partido Popular (PP) una clara ventaja, pero después de los primeros recuentos parecía una carrera cara a cara con el PSOE socialista del primer ministro Pedro Sánchez. Al final, como muchos esperaban, los conservadores ganaron, pero no lograron una mayoría absoluta.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo tras contar casi todos los votos que quería intentar formar gobierno. Sin embargo, no se sabe si lo conseguirá. El populista de derecha Vox, con quien Feijóo no ha descartado trabajar, dejó claro la noche de las elecciones que quería estar en el gobierno. No «darán» sus propios votos, afirmó el secretario general de Vox, Ignacio Garriga. A diferencia de muchas encuestas preelectorales, ambos partidos no obtuvieron la mayoría absoluta y necesitaban más socios.
Alivio en el campo izquierdo
Después de obtener el 99,5 por ciento de los votos, el PP obtuvo 136 escaños en el parlamento. Vox sufrió pérdidas y obtuvo solo 33 escaños, 19 menos que en 2019. No obstante, podría ampliar su influencia política, ya que es probable que Feijóo inicie negociaciones con él.
Juntos, PP y Vox suman sólo 169 escaños, siete menos que la mayoría absoluta de 176 escaños. Es probable que Feijóo intente ganar esos escaños en negociaciones con partidos más pequeños. Sin embargo, otros partidos han descartado participar en una coalición entre el Partido Popular y Vox antes de las elecciones.
El PSOE quedó segundo con 122 escaños. Su socio de izquierda, la nueva alianza electoral Sumar, obtuvo 31 escaños. Juntos, los dos partidos obtendrían 153 escaños. Tampoco es suficiente para conseguir una mayoría, pero el expresidente Sánchez se mostró aliviado. «El bloque reaccionario ha fracasado», dijo esa noche a sus seguidores que lo aclamaban en Madrid.
¿Otro bloqueo?
Como resultado, la cuarta economía más grande de la UE, que actualmente ocupa la presidencia de la UE, podría encontrarse en un largo punto muerto. Un “bloco”, un bloqueo político como el que se produjo dos veces seguidas tras las elecciones de 2015 y 2019, no parece descartable. No formar un gobierno podría dar lugar a nuevas elecciones.
Sin «cortafuegos», ¿verdad?
Al igual que sus partidos socios en Hungría y Polonia, Vox tiene una comprensión muy específica del Estado de derecho. También es euroescéptica y pide sacar provecho de proyectos de izquierda de alto perfil en asuntos sociales, protección de las minorías y medio ambiente, así como tomar medidas enérgicas contra los separatistas. Esto último, a su vez, podría beneficiar a Sánchez: tendría más posibilidades de ganarse el apoyo de los partidos regionales vasco y catalán, sobre los que Vox tiene un efecto paralizador.
No hay un cortafuegos en la derecha en España, como en Alemania contra el AfD. En algunas regiones, PP y Vox ya gobiernan juntos. Una llamada gran coalición es impensable en España. Sánchez no quiere ni siquiera tolerar un gobierno minoritario del PP y por eso no le deja «otra opción» que hablar con Vox, ha subrayado en repetidas ocasiones Feijóo.
Sánchez gobierna desde 2018
Las elecciones estaban inicialmente previstas para diciembre. Sánchez convocó nuevas elecciones a finales de mayo después de que su partido perdiera las elecciones locales y regionales en mayo.
El PSOE ha gobernado España desde 2018. Sánchez fue el primer político del país en derrocar al gobierno en ejercicio con una moción de censura. Desde enero de 2020 gobierna en una coalición minoritaria con el partido de izquierda Podemos, surgido del movimiento de protesta contra las políticas de austeridad.
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