Muchos pasajeros tuvieron que pasar la noche en las estaciones.
Gran parte de España se vio azotada por tormentas con fuertes lluvias, ráfagas huracanadas, rayos y granizo el sábado y el domingo. Ha habido numerosos retrasos en los vuelos. En muchos lugares el tráfico ferroviario quedó interrumpido. Por ello, cientos de pasajeros tuvieron que pasar la noche involuntariamente el lunes por la noche en estaciones de Madrid, Málaga y otras ciudades.
Se han cerrado decenas de carreteras y parques. Innumerables casas, sótanos, garajes y pasos subterráneos quedaron inundados de agua y barro. Partes de la fachada y tejas cayeron a las calles y se arrancaron árboles. Las tierras agrícolas se han visto gravemente afectadas en varias regiones.
Para los casi 10.000 habitantes de la localidad catalana de Alcanar, el domingo incluso se prohibió salir durante varias horas debido a las peligrosas inundaciones. Según los servicios meteorológicos, en sólo 24 horas cayeron 215 litros de lluvia por metro cuadrado. La situación se normalizó lentamente el lunes. En Madrid, por ejemplo, el tráfico del metro y de los automóviles volvió a verse muy afectado. La popular isla turística de Mallorca se salvó en gran medida.
Ante la necesaria reconstrucción, las regiones de Madrid y Castilla-La Macha han solicitado al Gobierno central que sea declarada zona de catástrofe para poder recibir ayudas estatales. Inicialmente no se disponía de estimaciones sobre la magnitud de los daños.
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