En los últimos días se llevaron a cabo varias concentraciones en las que los participantes portaban carteles con lemas como «La tortura no es un arte ni una cultura» y «La crueldad animal es una vergüenza nacional». “Sabemos que hay una mayoría en la sociedad que rechaza esta crueldad hacia los animales, no sólo en Pamplona sino en toda España, y que no tiene ningún interés en perpetuarla y menos con nuestros impuestos”, afirmó Aida Gascón, líder de AnimaNaturalis.
Las críticas aumentan, pero también el entusiasmo de la afición.
El descontento y las protestas vienen creciendo desde hace años. Por otro lado, la fiesta sangrienta de Navarra está en pleno auge entre sus devotos seguidores. Según información oficial, el año pasado se registraron 1,5 millones de participantes, un récord. Este año, los hoteles tenían una tasa de ocupación promedio del 90 por ciento días antes del festival y los apartamentos de vacaciones ya no estaban disponibles a precios normales. Es un trato millonario para la ciudad.
Los visitantes proceden de diversos puntos de España y de todo el mundo, entre ellos Alemania, Gran Bretaña, Francia, Australia, Japón y especialmente Estados Unidos. El escritor estadounidense Ernest Hemingway escribió sobre Pamplona, que hoy tiene una población de 200.000 habitantes, en su primera gran novela, “Fiesta” (1926).
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