El llamamiento de la organización ecologista alemana Campact para abstenerse de las fresas españolas ha provocado una oleada de cobertura mediática. El diario ABC y «El Mundo» criticaron la solicitud. En concreto, la asociación, que según ‘ABC’ es cercana al Partido Verde, se refiere a los planes de la conservadora Junta de Andalucía para ampliar el cultivo de fresas de regadío en el Parque Nacional de Doñana y legalizar pozos antes ilegales. El diario «El Mundo» incluso habló de una «guerra de la fresa».
Campact está seguro de que la medida propuesta destruiría el humedal de Doñana. No solo los ambientalistas en España comparten la misma opinión, sino también el gobierno central liderado por los socialistas bajo el presidente del gobierno Pedro Sánchez. La ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, aprovechó el llamamiento de Campact para volver a pedir a la Junta de Andalucía que abandone los planes de riego. La asociación de agricultores de Asaja exigió entonces su dimisión el viernes. El apoyo de Ribera al boicot representa «un claro ataque a miles de productores y sus familias que trabajan arduamente todo el año para administrar sus negocios, generar riqueza y ayudar a aumentar las exportaciones del país».
La asociación de cultivadores de fresas de Andalucía (Interfresa) rechazó la acusación de destrucción medioambiental. Las empresas de la importante zona de cultivo de Huelva, en la que se encuentra el Parque Natural de Doñana, están comprometidas con la protección del medio ambiente y su producción está certificada. Por lo tanto, la campaña de Alemania es «insidiosa». La asociación de productores de Huelva (Freshuelva) reaccionó con más cautela. Dejó claro a los medios que la temporada de exportación de fresas españolas a Alemania de este año ya casi ha terminado.
El caso recuerda una disputa entre Alemania y España por los pepinos andaluces en 2011. Una afirmación de la autoridad sanitaria de Hamburgo en ese momento de que los pepinos andaluces habían causado infecciones por EHEC provocó el colapso del comercio de la hortaliza entre los dos países. Otros países de la UE también han cerrado sus fronteras. El sentimiento anti-alemán estalló. Toneladas de cultivos recién cosechados tuvieron que ser triturados, arados o tirados a la basura. Más tarde se supo que los pepinos españoles no tenían nada que ver con las infecciones por ECEH. Las ECEH se denominan cepas patógenas de bacterias intestinales.
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