Jóvenes talentos de la DFB: chicos locos y salvajes

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Ya son campeones de Europa, ahora aspiran al título de campeón del mundo: los alemanes sub-17. © IMAGO/Aleksandar Djorovic

Los futbolistas alemanes sub-17 no fueron los mejores contra España y Argentina, pero lucharon mucho y merecieron estar en la final del Mundial: son brillantes modelos a seguir. Un comentario.

Aquellos que se lo hayan perdido hasta ahora deberían tomarse el tiempo el sábado a la 1 p. m. para sintonizar el canal Sky Sport News, que se ha activado de forma gratuita por una buena razón. Allí se pueden ver a los jóvenes futbolistas alemanes que llegaron a la final del Mundial sub-17 de Indonesia al vencer a España (1-0) en cuartos de final y a Argentina (4-2 en los penaltis).

Lo consiguieron en las condiciones más duras, con 30 grados de calor y alrededor del 90 por ciento de humedad, y además se vieron debilitados por lesiones e infecciones, y después de reveses que habrían desmoralizado a equipos menos resistentes. La ventaja de Argentina 2-1 se cayó con la última acción del primer tiempo. El empate de Argentina puso el 3-3 en el octavo minuto del tiempo añadido.

Pero al final ganó la DFB y Konstantin Heide reemplazó al enfermo portero Max Schmitt. El amante de la naturaleza de Unterhaching puede que todavía tenga pecho pequeño para su edad, pero con su pelo rojo parece tan descarado como una imagen masculina de Pipi Calzaslargas, y actúa con determinación en consecuencia. Los desfiles del joven de 17 años completaron esta magnífica imagen desde la perspectiva alemana. No es de extrañar que los argentinos, que antes habían luchado incansablemente, quedaran con lágrimas en los ojos.

Las partes interesadas de este país ya han sugerido que la Generación Z se caracteriza sobre todo por estar más interesada en el equilibrio entre vida personal y laboral que en los logros. Los futbolistas alemanes sub-17 respondieron a este absurdo -como lo hicieron recientemente los jugadores sub-21 de balonmano cuando ganaron la Copa del Mundo- con un contrapunto muy visible.

Y aclaró algo más: aparentemente, la diversidad de orígenes es útil. El equipo final incluye jugadores nacidos en Alemania y procedentes de Portugal, Marruecos, Turquía, Nigeria, Congo, Irak, Eslovenia y Filipinas. «Los muchachos», dice el entrenador Christian Wück, «dan su corazón a nuestro país, están orgullosos de poder jugar con el águila en el pecho».

No estuvieron mejor juntos contra España y Argentina, pero no dejaron que eso los deprimiera. Dieron todo lo que tenían en ellos. Los salvajes de Wück son modelos a seguir.

Espiridión Gloria

Solucionador de problemas exasperantemente humilde. Organizador. Especialista en alimentos. Fanático de los zombis

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