Según la agencia de prensa Reuters El director de Tecnología e Información (CTIO) de Telefónica, Enrique Blanco, anunció recientemente que su compañía ya no dependerá de la tecnología de Huawei en momentos clave a la hora de construir redes móviles de próxima generación en Europa. Blanco destacó que se trató de una “decisión puramente técnica”.

Mayor fiabilidad gracias al uso de diferentes materiales.

Telefónica comprará las redes 4G y 5G previstas de O2 y otras marcas en Europa a otros proveedores para los elementos más importantes del núcleo de la infraestructura. El CTIO de Telefónica justificó este enfoque afirmando que el hardware de Huawei tiene menos capacidad de integrarse en entornos homogéneos donde los equipos provienen de varios proveedores diferentes.

La empresa, sin embargo, quiere garantizar cierta variedad en el hardware utilizado porque, según Blanco, esto debería traer beneficios de confiabilidad. Anteriormente, Telefónica confiaba exclusivamente en los productos de Huawei para llegar al «core» de sus redes 4G en España y Alemania. Sin embargo, se espera que los componentes correspondientes sean reemplazados en gran medida para 2024.

Recientemente se supo que Deutsche Telekom también está considerando abandonar en gran medida la tecnología de Huawei en la llamada red central. Telekom incluso ha suspendido todas las compras de hardware 5G porque quiere esperar y ver cómo los políticos deciden sobre una posible prohibición del uso de la tecnología de Huawei en las redes móviles 5G.

Mientras tanto, Telefónica y O2 definitivamente quieren seguir usando dispositivos Huawei, pero no en el núcleo de las redes. Las estaciones base a las que se conectan los dispositivos de los clientes seguirán viniendo de Huawei. Blanco también dejó en claro que no había evidencia de riesgos de seguridad y espionaje por parte de las autoridades chinas, que han sido planteados repetidamente, particularmente por el gobierno de Estados Unidos.

Telefónica monitorea constantemente sus redes, incluso en busca de posible vigilancia o espionaje de terceros, pero hasta ahora no ha habido señales de una «puerta trasera», dijo.