DEl jubilado Lee Mayer conducía por la autopista de Nebraska el miércoles. Y no solo. Howdy Doody, un toro Watussi adulto que pesaba alrededor de una tonelada, conducía en el asiento del pasajero delantero (nota de prueba de vocabulario: escopeta) de su Ford Crown Victoria especialmente modificado.
La policía local emitió una advertencia. A Lee Mayer y Howdy Doody se les permitió conducir a casa.
Hay un elefante en la habitación.
¿Qué relación con el deporte? Vengamos a un país con una gran tradición, aunque a menudo cuestionable, de convivencia entre ganado de dos y cuatro patas. Vamos a España. El senador Luis Rubiales, presidente suspendido de la Real Unión Española de Fútbol y vicepresidente de la Unión Europea de Fútbol (UEFA), sigue negándose a dar marcha atrás tras sus agresiones tras la final del Mundial femenino.
Mientras tanto, la terquedad de Rubiale pesa más en el balón que Howdy Doody en el asiento del pasajero de Lee Mayer. No queremos acercarnos demasiado al ganado y quedarnos con los estadounidenses: hay un elefante en la habitación.
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