Es la tercera vez en muy poco tiempo que los futbolistas critican masivamente las estructuras dentro de sus equipos nacionales. Después de que quince internacionales españoles dimitieran en septiembre tras la Eurocopa, que actualmente no podían seguir jugando en la selección por su «estado emocional y por tanto de salud», los internacionales canadienses se declararon en huelga durante un breve periodo de tiempo. Al final, solo duró poco tiempo porque la asociación canadiense ejerció una gran presión sobre los jugadores.
Ahora, con Wendie Renard, la grandeza absoluta del fútbol femenino de los últimos quince años ha retrocedido. La francesa, que además de participar en muchos torneos importantes también es plusmarquista de la Champions League, anunció este viernes que no jugará más con Francia debido al «sistema actual» y la falta de requisitos en la Liga de Campeones. La FA francesa jugará al más alto nivel se acumulará. «Es un día triste pero necesario para mantener la cordura», compartió en las redes sociales el jugador del Olympique Lyonnais.
Pero no solo, porque después de Renard, Kadidiatou Diani y Marie-Antoinette Katoto finalmente renunciaron y también pidieron cambios a nivel de gestión. El abandono de tres jugadores de tan alto rendimiento tendrá un gran impacto en la selección de Francia. En poco menos de cinco meses se disputará el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y sin jugadoras que serían comparables en el conjunto alemán con las dimisiones de Alexandra Popp, Lina Magull y Sara Däbritz.
Sin decirlo, el presidente de la asociación, Noël Le Graët, jugó un papel importante en la decisión de las tres francesas.
Pero, sobre todo, la entrenadora en jefe Corinne Deacon parece ser una gran razón. Sabemos desde hace mucho tiempo que mantienen un estilo autoritario de gestión, mal percibido por ciertos jugadores y que ha desembocado en muchas ocasiones en crisis internas. La relación es más que tensa, especialmente con Renard, quien le quitó brevemente el brazalete de capitán a Deacon en 2017.
Porque ninguna nación futbolística del mundo puede permitirse prescindir de tres jugadores de talla mundial como Renard, Diani y Katoto. Para volver a luchar por el primer título de la Copa del Mundo de Francia, no hay forma de evitar el retiro de Deacon.
La Federación Francesa de Fútbol (FFF) reaccionó de inmediato a las declaraciones de los jugadores, diciendo que nadie es superior a la institución Équipe de France.
Esto aparece, por un lado, como un desconocimiento precipitado de las críticas vertidas y, por otro lado, como una contradicción en los términos. Porque al parecer, con el Diácono se coloca a un individuo por encima de la selección. Esto sitúa a Francia junto a España y Canadá, dejando en un segundo plano el éxito deportivo.
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